lunes, 15 de julio de 2013

Soleado recuerdo de la verdad:



Hay días de raíces carcomidas
para niños de invierno como yo.
Falsas comedias de tranquilidad
que se despiertan de madrugada
para hacernos preguntas incómodas,
o denuncias de un presente riguroso,
cada mañana tras la leche amarga.

Preguntas de tabaco y lágrimas verdes
por ojeras duraderas de incomodidad.
Hay legados de mentiras ilustradas,
de rencores que abrazan versos
o listones de inseguridades andantes
que fabrican costes adicionales a la vida.

Asido a tretas que no cenan esta noche
porcentajes y esfuerzos cortantes
intentamos superar la caída del tejado
pagar nuestra cuenta perenne
y esbozar un cuento con salvajes citas.

Así crezco en mi secarral de juventud,
sin olvidar que hacer por la mañana
cuando la casa y la memoria están vacías.