domingo, 21 de marzo de 2010

Poema de amor y otras decepciones.


No recuerdan las manos,
ni el orgullo, sombras morenas
paseando por un boulevard.
Guijarros, cortando terciopelo
bajo luces de pago.
Ojeras de la decepción.


He olvidado el motor del mundo
he olvidado mi renuncia
encima de tu mesa
cuando sonó el despertador.


Ahora, solo queda un ingrato arquitecto.
Un renegado sacrílego,
una partitura del corazón forzada.


Quien escucha gritar
a un mudo en una balsa sin remo...
Quien abandona la partida
y decide abastecer la espera
consumida por la grasa.
El tiempo perdido
baña las costas de Madrid
y la vorágine marabunta,
es huésped ingrata
de la eterna decepción.


Alguien encontrará
el mensaje en la botella,
y yo, seguiré recordando
lo que dura en la boca,
el último beso recibido.

martes, 16 de marzo de 2010

Vieja escuela

En esta caverna de insomnes,
esperan los extraños
a que ese guardapapeles
del amanecer, pague la cuenta,
y vaya a por café caliente
a otra pulpería de mañana.


Al salir, la primavera.
Los primeros derrotados
fallecen ante los jardines,
y más allá, brotan
los abrazos y la seda.


No quedan graciosos
en esta comedia
de vuelta y media
declinada en Orfeo.



Quedan los inmortales
y los intermediarios,
quedan los debates
de acera y debilidad.



La sombra del tabaco
busca los últimos tiros,
patrona de un esclavo.
Mientras, una mano
cierra el telón
y nos susurra:

-buenos días

La soledad es un dolor latente
simple y con estribillo.